Productos de temporada septiembre-octubre. Alimentación, plantas medicinales y cuidado de la piel.
A raíz del post donde os contaba un tip de salud que muchos prefieren obviar, como es consumir productos de temporada ( os invito a visitar la entrada http://potiholic.blogspot.com/2015/08/un-tip-de-salud.html para entender por qué es tan importante ) me he dado cuenta de que creo que hay bastante gente que desconoce cuáles son los productos propios de cada periodo del año. Y se me ha ocurrido hacer cuatro o seis entradas recomendando qué alimentos se encuentran en su mejor momento cuando se explica, teniendo en cuenta que vivo en España, y qué plantas medicinales pueden ayudar a quienes las necesiten a aliviar ciertas molestias asociadas a la estación en la que nos encontremos. Finalizaré con unos consejos generales sobre el cuidado de la piel, de nuevo pensando en climas templados del hemisferio norte.
Veamos qué no deberías perderte esto meses de septiembre ( ya mediados ) o octubre.
El otoño es tiempo de abundancia en la naturaleza. Muchas plantas reservan sus frutos y semillas hasta que finaliza el verano. También es una época de cambio, como sucede con la primavera, y hay personas que lo acusamos ( en mi caso acuso el paso al otoño, la entrada de la primavera me sienta genial ).
Este otoño no dejes de añadir a tu carro de la compra ( salvo si eres alérgico o algo así ):
– Frutos secos. La mayoría de ellos están disponibles durante todo el año, pero es ahora, en torno al mes de septiembre, cuando se recolectan las avellanas y las nueces.
Si podéis, probad las avellanas sin tostar, con las hojitas verdes pegadas a su base. Son un verdadero manjar, que en Asturias aún pueden disfritar en los pueblos. Esas mismas avellanas, si os sobran, pasarán a ser frutos secos normales en un par de meses, se le caerán las hojuelas y su cáscara se tornará más oscura. Entonces se pueden tostar o consumir tal cual ( yo siempre las prefiero sin tostar ). Más sanas son sin tostar.
Las castañas constituyen la excepción de fruto seco que no se suele almacenar para todo el año, y comienzan a encontrarse, dependiendo de cómo haya sido el verano, a finales de septiembre o más cerca a la fecha de Difuntos.
En cuanto las nueces, se conservan perfectamente si no están peladas. Hago un inciso para recordar que si alguien busca aceite de nuez es ahora cuando se produce, normalmente a muy pequeña escala.
– Miel, própolis y demás productos apícolas. En septiembre se recoge la miel de las colmenas y comienza para los apicultores una época de duro trabajo. También es cuando se obtiene el própolis o propóleo, mano de santo para ayudar a prevenir pequeñas infecciones de la cavidad bucal o de la garganta. Y, rara avis, es en septiembre u octubre cuando es posible conseguir piel de panal, con sus celdillas de cera.
La miel no caduca nunca, se encontró miel en las tumbas de los faraones del antiguo Egipto y seguía estando buenísima según cuentan, pero el própolis es diferente, pierde propiedades con el tiempo y por ello lo ideal es comprar lo que se vaya a consumir con vistas a un año. Aunque la miel no tiene fecha de caducidad conocida, si consumís miel casera o ecológica es posible que no podáis encontrarla durante todo el año, pues su producción es limitada, de entrada para respetar a las propias abejas. Por ello es recomiendo haceros con al menos 1 kg en estas fechas.
– Setas: La mayoría de las setas comestibles que se dan en el territorio español crecen durante unas pocas semanas en otoño y en primavera. No se puede determinar con exactitud el momento porque está íntimamente relacionado con la clima de los meses anteriores. Es tiempo de secas silvestres SI Y SOLO SI ( cómo se usa en matemáticas ) conocéis a algún micólogo, a lo sumo un biólogo de otra especialidad pero con mucha experiencia en el campo de las setas. Las setas silvestres son un verdadero manjar, pero cada año hay defunciones por personas que se han confiado demasiado sin ser expertos. Ante la duda, mejor setas de criadero, que además las suele haber todo el año. Lo malo es que muchas especies muy apreciadas no se pueden cultivar en criadero, pero podemos pasar sin ellas.
Especial atención a la seta shiitake. Si la veis fresca y en buen estado, de criadero, en algún supermercado, aprovechad, porque tiene comprobados beneficios sobre las defensas frente a virus e infecciones, aunque es con su consumo habitual.
Si pasamos a la sección de frutería, septiembre es, por excelencia, el mes de los higos. Son un vicio, pero si sus pelitos os resultan urticantes como me sucede a mi, os cuento la perugrullada: se pueden comer sin piel, a mordisco. Se partes en dos o cuatro gajos, y se comen la zona carnosa y las semillas.
También es tiempo de uvas, y os recuerdo que las negras son más ricas en antioxidantes, ¡ y de sidra ! Si queréis sidra dulce, que el realidad no es sidra porque no contiene alcohol, debéis aprovechar este mes, que luego no hay. Algunas variedades de pera también maduran en estos meses.
En octubre podemos empezar a encontrar granadas mientras que en septiembre pueden quedar arándanos frescos ( blueberries ). Las crucíferas son productos de esta temporada. De ellas, a mí sólo me gusta el brócoli. Y pronto empezaremos a ver calabazas, o mejor dicho, empezarán a ver algunos, dado que en Asturias no hay tradición de comérsela si no es en forma de cabello de ángel.
Tiempo de escaramujos |
En cuanto al pescado y marisco, ya se van el bonito, el atún y los mejillones, pero comienza a ser temporada de pulpo.
Pasando al mundo de la fitoterapia, es tiempo de tener cerca las infusiones que nos ayudan a pasar mejor la gripes y los resfriados, como pueden ser el tomillo, el orégano ( en caso de tos ), mi adorado jengibre y, a quien le sirva, la equinácea. Por lo visto a una de cada tres personas la equinácea no les hace ni cosquillas, y adivinad a qué grupo pertenezco yo.
Lo ideal en caso de catarro es edulcorar las infusiones que preparemos con estas plantas medicinales con miel. Si el reuma, en cualquier de sus más de cien formas, la artrosis o la osteoartritis atacan, hay dos grandes aliados. Uno, de nuevo, el jengibre, y otro, el harpagofito. No conozco las contraindicaciones ni interacciones con medicamentos del harpagofito o garra del diablo, estoy en ello. Y a mí me alivia bastante el consumo habitual de té verde.
El otoño nos regala los escaramujos, en otros tiempos fuente de vitamina C.
Es tiempo de rescatar los sacos de semillas. Sacos rellenos con granos ( por Dios, palomitas de maíz no, ¿ eh ? ), a veces acompañados con plantas aromáticas como la lavanda, el tomillo o el eucalipto. Si no disponéis de microondas, entonces os recomiendo las antiguas bolsas de agua caliente, que ahora que se lleva tanto lo vintage tienen un aire cool, o la manta eléctrica. Como ecologista que soy, la manta eléctrica es mi última opción.
En lo referente al cuidado de la piel, las texturas livianas del verano irán dejando paso a fórmulas más untuosas, o bien cambiaremos los aceites ligeros por otros de absorción más lenta. Y volveremos a dorar las mantecas corporales: cacao, karité o coco, cada una para lo suyo.
El otoño es tiempo de tirarnos de los pelos, o mejor no, ¡ porque se nos cae ! Que no cunda el pánico, es algo normal que remite sólo en un par de meses, aunque no puedo menos que recordaros lo bien que me va la línea anticaída de Naturaleza y Vida, aunque en mi caso se deba a las maravillas que hace con mi ultraseco y problemático cuero cabelludo.
Siguiendo con los pelos, esta estación entrante también es tiempo de caspa.
Y, para finalizar, un aviso a quienes gusten de preparar cosmética casera. En este mes de septiembre, a lo sumo en octubre, se separa la cera de la miel. Es ahora cuando podéis conseguir cera virgen de la mejor calidad si contactáis con apicultores. El resto del año os exponéis a que las tiendas que comercian con esta materia prima se puedan quedar sin stock, y os tocará esperar hasta la nueva recolección.
Y yo os dejo, que debo ir a hacer la compra al bosque ;). Besitos de mapache.