La manteca de karité es un buen aliado de las pieles más sensibles y/o las pieles atópicas.
Hola, potihólicas y potihólicos:
El karité o Vitellaria paradoxa es el fruto seco de un árbol africano. De ese fruto se obtiene la famosa manteca de karité, muy empleada por la población local en la cocina y a nivel mundial en cosméticos. Las propiedades de la mantaea de karité hacen de ella un aliado en el cuidado de las pieles más sensibles.
En general, los lípidos vegetales son líquidos y los animales sólidos. No obstante hay algunas excepciones, como el aceite de coco que solidifica a 27 ºC o las mantecas de cacao y de karité, que se funden en torno a los 35 ºC. Pero mientras las mantecas de coco y de cacao son más espesas cuando se funden, la manteca de karité se transforma en un aceite que penetra con muchísima facilidad en la piel. Por este motivo la manteca de karité es una opción a los aceites vegetales de base como transportador de aceites esenciales.
Los beneficios de la manteca de karité en el cuidado de la piel son numerosos y a cual más sorprendente. Para empezar, además de servir como vehículo a los aceites esenciales en preparaciones de aromaterapia, la manteca de karité es un excelente antiinflamatorio natural, por lo que se suele emplear en preparados para tratar diversas afecciones de la piel. Por si fuera poco, se trata de un producto no comedogénico, que no obstruye los poros y, por tanto, que puede emplearse en pieles acnéicas, eso sí, combinado con otros aceites como el de jojoba y aceites esenciales para no engrasar la piel. Las pieles normales y secas pueden usar karité puro, y en caso de pieles muy secas el karité puede enriquecerse con aceite de argán o de rosa mosqueta, para potenciar el efecto regenerante de esta manteca vegetal.
En las zonas donde crece el árbol de karité, la población usa su manteca para proteger la piel del sol. Tradicionalmente se creía que su función era la de humectar, nutrir y reparar la piel agredida, pero los beneficios del karité van más allá al proporcionar un filtro solar natural equivalente al IPS6. Para la población de raza negra era más que suficiente cuando no había problemas con la capa de ozono.
En ocasiones uno prueba algo y no acierta con el producto. Yo probé la manteca de karité pura, bio, hace un montón de años, y aunque me gustó tampoco vi ese efecto reparador y antiinflamatorio. Años más tarde volví a probarla, esta vez ya mezclada en las cremas MuLondon y el resultado ha sido sorprendente. Resulta que por sí sóla no es lo bastante antiinflamatoria para mí, pero reforzando su efecto con algunos aceites esenciales concretos se obra el milagro. Van dos años o más con la dermatitis atópica facial bajo control, como mucho me salen una o dos ronchitas del tamaño de una espinilla si estoy sometida a mucho estrés, pero nada en comparación con antes que tenía cerca del 30 % del rostro afectado.
Los cosméticos capilares enriquecidos con un buen porcentaje de karité suelen aportar mucha suavidad a los cabellos secos o castigados. Hay que dejar claro que el karité que se puede adquirir con fines cosméticos no es apto para el consumo, o puede no serlo, y recordar que esta planta tiene pequeñas cantidades de látex, por lo que podría producir alergias en personas con hipersensibilidad a este componente.
Ya se sabe, para gustos colores. ¿ Sois fans de la manteca de karité ? ¿ Preferís otras mantecas vegetales ?
Lectura recomendada: https://grasasyaceites.revistas.csic.es/index.php/grasasyaceites/article/viewFile/1264/1267 página 3, Propiedades y utilización de la manteca de karité. Es una fuente de confianza aunque antigua, de principios de los años 90. Como tres años más tarde comenzó el boom de la manteca de karité como ingrediente activo en cosmética, en algunos casos también como reclamo publicitario. Pasaron años hasta que se extendió el uso del karite puro o enriquecido con algún aceite para el tratamiento de las pieles secas y agredidas. El texto habla también de una potente acción cicatrizante así como de las longitudes de onda en las que resulta más efectiva ( aunque insuficiente según las recomendaciones de los dermatólogos ) como filtro solar natural.
Es seguro que existan otras publicaciones serias y gratuitas más completas al respecto, de años posteriores. Cuando me tope con ellas, las añado.
Besitos de mapache potihólico 🙂
No he tenido el gusto, oiga, de usar la manteca de karité en puro. Lo que ha caído es algún bálsamo labial que lo contiene (lo compro artesano, una maravilla, pero ahora mismo no sé dónde buscar para seguir comprándolo de este tipo)
A mi me encanta
A mi también me encanta y me gusta especialmente la variedad “nilótica”,mucho más fácil de aplicar.
Viene de zonas de Sudán o de Uganda y no me fue fácil encontrarla ( me la trajeron de Kenya) aunque ahora ya la voy viendo online.