
Cuando vi que había una mascarilla para el contorno de ojos me pareció interesante, ya que esa zona debe evitarse al aplicarse mascarillas
convencionales. Y al ver que el ingrediente estrella era el arándano negro o
blueberry, me tiré de cabeza y no a por la
monodosis, sino a por el
tubito de 30
ml.
El producto es muy suave al tacto y tiene un ligero aroma a arándano, o a yogur de frutas del bosque.
Se debe aplicar una fina capa en el contorno de los ojos, con cuidado de que el producto no entre a los ojos, y dejarlo actuar 5-10 minutos, para luego aclararse con agua.
Pero como su textura no es grasa y se
absorbe bien, yo uso menos cantidad y me lo aplico cual contorno de ojos, pero en lugar de un grano de arroz a cada lado, pues un guisante. Así en esos minutos se me
absorbe todo o casi. Si sobra algo, muy poco, paso un algodón suavemente y listo.
De uso muy agradable, yo no veo grandes cambios en la mirada, tal vez porque no tengo bolsas y es raro que asomen algunas ojeras leves. Lo que sí noto es la piel de la zona más hidratada, como más «alimentada» o jugosa.
El precio del tubo es de 10 euros más o menos, pero de nuevo lo cogí con una oferta y pagué la mitad. Es un producto barato si atendemos a la cantidad que trae y al precio de los contornos de ojos. Porque no perdamos de vista que por poder, puede usarse como tal.
Besitos de mapache potiholico 🙂