Otro artículo sobre el melanoma, concretamente sobre el cutáneo. Hay personas que tienen mayor probabilidad de sufrir un determinado tipo de cáncer, por su genética, por las condiciones ambientales o por padecer otra enfermedad.
Al igual que se aconseja un mayor seguimiento en los programas de cribado a ciertas personas, si hablamos del cáncer de piel en general y del melanoma en particular, hay personas que deben prestar aún más atención que la población de su misma edad o región.
Hoy vamos a ver cuáles son los factores de riesgo del melanoma cutáneo, para que sepas si formas partes de esos grupos con mayor necesidad de controlarse, y cómo saber si, al revisarte, eso que ves podría ser el temido melanoma.
Factores de riesgo del melanoma cútáneo
Tabla de Contenidos
- Edad: Los lunares que aparecen después de la veintena suelen tener mayor riesgo que las manchas de nacimiento y los nevus formados en la infancia. Además, con el envejecimiento, se multiplica el riesgo de una replicación imperfecta del ADN al llevarse a cabo la mitosis de las células.
Nevus es un término general que engloba a la mayoría de lo que llamamos lunares los no entendidos. - Fenotipo: La piel clara y con tendencia al eritema solar tiene menos defensas en caso de un ambiente poco apropiado, aunque no debes confiarte ni siquiera si tienes piel de ébano.
- ¿Dónde vives?: Más que el clima y las horas de sol al año, importa la densidad de radiación UV. De manera general, cuanto más cerca vivas del Ecuador del planeta, más peligro. Sucede lo mismo con la altura sobre el nivel del mar.
- Sistema inmunológico debilitado. Hoy se acepta que el sistema inmunológico es capaz de luchar, hasta cierto puento, con algunos tipos de cáncer. Entre ellos, se encuentra el melanoma cutáneo.
- Tener muchos lunares atípicos.
- Haber tenido un melaoma o padecer otro tipo de cáncer.
- Síndrome del nevus displásico. Una displasia es un crecimiento desordenado, en este caso, lo que causa un lunar atípico. Cuando un paciente tiene varios de estos lunares y hay antecedentes de melanoma en la familia, se habla de síndrome de nevo displásico y se considera a este paciente como de alto riesgo de desarrollar un melanoma en le futuro.
- Antecedentes familiares. El estudio de los diferentes tipos de cáncer sigue abierto a nuevos factores de riesgo. Hace años, no se consideraba el malanoma como un cáncer con predisposición genética. En estos momentos, se valora que exista tal predisposición y se presta atención a si hay varios casos en la familia o no.
- Ciertas medicaciones disminuyes las defensas de la piel frente a las radiaciones UV. Por tanto, si toman medicación fotosensibilizante, no descuides la protección solar. Elige una superior a la recomendada para tu fenotipo.
Recurrencia
Cuando se reproduce un melanoma tras concluir el tratamiento con éxito, los médicos hablan de recurrencia.
Las causas no están claras. A veces, el melanoma nunca se fue del todo, otras veces se deben a que una célula tumoral viajó por la sangre o por la linfa y, no lo olvides, una piel muy expuesta a radiaciones ultravioleta a lo largo de su vida tiene mayor posibilidad de desarrollar más melanomas que una que fue cuidada desde la infancia.
Detección temprana
A veces, el melanoma aparece de repente. Si acostumbras a revisar tu piel, lo notarás enseguida, porque muchos melanomas se ven feos, raros… No tienen el aspecto de una peca o de un lunar convencional.
Otras veces, el melanoma se forma en un lunar o nevus preexistente. La buena noticia es que, en estos casos, el lunar cambia de forma, y es cuando aplicamos la regla ABCDE:
- A, de asimetría: Los lunares que se vuelen asimétricos, pueden dar un susto. Consulta con tu médico y presta atención especial a los que tengas así, aunque te hayan confirmado que, en ese momento, sean benignos.
- B, de borde. Mucha atención a los bordes irregulares.
- C, de color. Cuando un lunar cambia de color, hay que consultar con el dermatólogo. Hay lunares que evolucionan así de manera natural, y ellos lo saben a simple vista pero tú no.
Por otro lado, si un lunar presenta varias tonalidades en su superficie, no pierdas tiempo y consúltalo. - D, de diámetro. Los lunares de más de 6 mm requieren mayor control por tu parte que los más pequeños.
- E, de evolución. Insisto en que hay algunos tipos de nevus que pueden cambiar su tonalidad con el paso de los años, pero no deben quedar sin revisión por parte del médico cuando esto suceda. Además, consulta cualquier cambio en la textura de la piel del lunar, o en su volumen. Y, sobre todo, si ese nevus comienza a picar o a sangrar.
Aunque esta información pueda parecer un poco abrumadora, piensa en la cantidad de cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de melanoma cutáneo y para detectarlo en su fase más temprana, con un pronóstico muy favorable.

