Ahí arriba os dejo la imagen de mis dos amadísimos CARGO Beach Blush, uno es el Coral Beach ( el más tostado ) y el más rosita o Echo Beach. Existen tres o cuatro más, y son todos a cual más lindo.
Cuando me acerqué al stand de CARGO curioseando en la recién inaugurada Sephora de mi cuidad no conocía la marca, pero enseguida me llamó la atención y una maquilladora se ofreció a probarme esos coloretes en varios tonos que tan poderosamente llamaban la atención, junto con la estrella de la casa, el CARGO Big Bronzer, que se merece su propio rewiew.
En realidad estos conjuntos de cuatro tonalidades son un intermedio entre el blush o colorete y el iluminador bronceador. El conseguir más un efecto u otro depende de la caja elegida y de vuestro tono de piel.
Incorporan entre sus ingredientes vitamina E antioxidante y son luminosos, pero sin contener glitter, faltaría más.
Están pensados para ser usados por separado o juntos. Lo habitual es emplear los cuatro colores mezclados y retocar con uno de ellos. Por ejemplo, en el Coral el color nacarado sirve para usarse también solo, creando puntos de luz. Pero nadie te quita de usarlos de otra manera, y en ese mismo yo evito el tono más tostado salvo si es verano. Me gustan los resultados poco marcados en cuestión de pómulos, busco un aspecto de “buena cara” y listo, menos es más.
Tan contenta estaba con la cajita Coral que, aprovechando un descuento, pillé el Echo por ser más rosita, más blush y menos bronceador, de cara a los meses más fríos y a otro look más convencional.
Son productos no testados en animales y nada caros para la cantidad que traen, 9 gramos en cada caja metálica, ahí es nada.
Deja la piel suave, no la reseca ni la engrasa, y el resultado es, si no os pasáis con la cantidad, de maquillador profesional. Además se trabajan muy bien y su textura es muy agradable.
El precio puede parecer un poco alto en principio, 25 euros, pero este es un producto para comprarlo si sabes que lo vas a usar mucho tiempo, algo casi seguros por las combinaciones que ofrece.
Se me olvidaba, como en muchos productos similares de alta gama, viene sin brocha, pero yo lo prefiero porque es raro que me guste el aplicador que traen los potis. Maniática que se va volviendo una, o mejor dicho, exigente.
Besitos de mapache potiholico 🙂